¡Run, Riley, run! || Ryan A. Stronhouse || Priv.

Se encontraba en la academia en una sala de entrenamiento de realidad virtual con un grupo de alumnos del último curso. Observando cómo los enemigos ficticios habían creado una muralla de chatarra. Dos de los alumnos que peleaban contra los enemigos lograron destruir al sistema de la maquina que gobernaba la chatarra pudiendo tener acceso a la base enemiga. Todos ellos estaban confiados hasta que un enorme poder impacto cerca de ellos, para lanzarlos al suelo. Una mujer con un aura roja se acercaba a ellos, se cubrieron y el profesor alzo la mano para detener a la inteligencia artificial que dominaba aquella sección.-Agatha, fin del entrenamiento. Suspender entrenamiento 078 nivel avanzado.-toda la habitación queda a oscuras y las luces al reiniciarse mostro una habitación normal con algunos escombros de la zona de entrenamiento. Salió de la sala con ellos alumnos mientras les halagaba por llegar tan lejos, el enemigo que les toco era uno de los primeros diez, el tercero a decir verdad, complicado de destruir, aun les faltaba mucho para destruirla.

-Hoy han aprendido uno de los entrenamientos más avanzados para ser un superhéroe. Dirán que es imposible pasarlo, bueno yo llegue hasta el nivel nueve. No todos hemos vencido al enemigo final. A veces cuesta mucho. Pero esta sala no nos hace héroes, nos hace héroes nuestras acciones para con la humanidad, sea de este planeta o de otro. Para mañana, quiero que todos lean el libro de poderes físicos de la pagina 16 a la 32, tendrán un pequeño examen con ello. Vamos chicos, que he sido bueno hoy. A las duchas, y Marvin. Dile a Sarah que te sane ese brazo.-el chico sonrió, para ver como su compañera le sanaba el brazo.-Tengan buenos días, jóvenes.-se despidió de ellos. Para luego ir a las duchas, en donde tomo una antes de que los alumnos llegaran. Se vistió con ropa especial para su cita, hoy cumplía 3 meses con Riley. Ya había pasado un tiempo en el cual fue su alumno, no fue fácil entender que estaban enamorados, en especial por que se llevaba muy pero muy mal con Riley en el principio. Pero luego ese odio se volvió atracción, una atracción que se volvió tensión, y esa tensión les unió.

Riley era un chico especial, más allá de su súper poder. El primer mes que ambos estuvieron juntos, esa tensión se volvió algo más sexual pero Riley le advirtió a Ryan que aun no estaba listo para ese paso. Por ende respeto la decisiones que el menor tenia con ese tema, tanto fue así, que cuando llegaban a ese punto el mayor se alejaba. Siempre lo hacía, se había vuelto una rutina. Una de sus peleas fue en el segundo mes, en donde Riley estaba listo para el paso pero Ryan no quería. Estaba seguro que lo hacía porque había oído en la academia que si no lo hacían, Ryan se iría a la cama de otro para encontrar “consuelo”. Eso había molestado mucho a Riley pero Ryan se negó a hacerlo de todas formas. Pese ese segundo mes progresaba, el menor se dio cuenta que no había nadie más en la vida del mayor. Sin embargo, hoy en día, se sabe que Riley tiene mucho miedo de que alguien con más experiencia le robe el puesto. El mayor era uno de los superhéroes más relacionados al salvar vidas de importantes casi tragedias provocadas por villanos en la vida. Sin embargo, también es uno de los hombres que mas atraía fuera del ámbito no superhéroe. Atraía a las personas del sexo masculino más que el femenino. Tenía ese algo, esa sonrisa que hacía que nadie le dijera que no. Pero, solo era tierno con Riley, aunque hacerle entender eso a veces era un dolor de cabeza.

Se encontraba en el parque ya. Esperando a su novio mientras la agradable fragancia de Invictus, impartía en la zona. Sus ojos claros combinaban con su camiseta ajustada al cuerpo de color verde, seguido de unos pantalones achupinados negros, unos zapatos bien lustrados de color negro y un saco oscuro que cubría su cuerpo. Era elegante cuando se trataban de esas cosas. Miro su reloj a la par que le veía seguir, sonriendo por caer en la hora exacta, ni un minuto más ni un minuto menos. Se le acerco, sujetándolo de la cintura con una sonrisa picara en los labios, acercando su boca a la ajena para robarle un beso tierno de sus labios. Amaba su boca, amaba el cuerpo ajeno, amaba su personalidad. Lo amaba, claro que lo hacía.-Necesitaba esa boca, necesitaba un beso o enloquecería.-le entrega una caja, que poseía un reloj de platino con incrustaciones de diamantes alrededor del reloj de la parte interna. Siempre le regalaba cosas de mucho valor, ya era un deporte.-¿Te gusta?, a mi me gusta. Aunque no tanto como me gustas tú.-dijo tierno, tomándolo de la mano.-Vamos a por e almuerzo. El día es nuestro mientras no veamos problemas.-

El mayor tenia debilidad por su novio, esas manos que paseaban por su mejilla le hacía sentirse alejado de la humanidad por eso mismo lo abrazo, correspondiendo el beso para después quedar con la frente unida a la ajena. Era como si nunca se vieran, aunque dormían juntos, había días donde las misiones eran muy largas, al menos ambos entendían eso de no estar por semanas, su misión era proteger a la humanidad, aunque eso arruine su vida social. Se apego a la mano de su novio para empezar a caminar, sintiendo un cosquilleo en su mano para robarle el poder a su novio o más bien copiárselo. Era divertido ir caminando pero ambos eran de los que disfrutaban divertirse de otra manera. Hacía más de un año que no copiaba su poder, la última vez que lo hizo fue para girar alrededor de un incendio y de esa manera apagar el fuego que amenazaba con matar a miles de inocentes, cerca de una planta de gas.

-¿A qué te gano una carrera hasta el restaurante?.-sus ojos azules hicieron que su novio comprendiera que al estar sonriendo significaba que la iban a pasar genial hoy. Se movió ágil hasta una de las esquinas para hablar con una adolescente, la misma asintió, sacándose el pañuelo que tenía alrededor de su cuello, parándose en medio de ambos pero a uno metros de ellos. Alzo el pañuelo mientras se notaba que sus ojos se teñían de morados, era una forma de hacerles saber a todos que ella no era humana. Por la insignia en su collar era alumna de ambos, aunque no reconocía su rostro.-Vamos, no me vas a decir que no quieres. Yo se que te gusta esto tanto como a mi.-la chica bajo el pañuelo para salir corriendo como un rayo de color azul, El poder cambiaba de color en su cuerpo al copiarlo, no siempre era perfecto. Un rayo azul surco los muros de los edificios al correr hasta la cima, sonriendo para luego dejarse caer para correr a una velocidad que superaba cualquiera que existiera, lo podía oír detrás de él.

Fue hasta Riley para girar a su alrededor y luego abrazarlo, creando un destello rojo pero a su vez azul que fue mas allá de las nubes. Le miro enamorado para robarle un beso mientras caían a una velocidad que claramente se debían por el peso y la altura.-Eres el hombre que más amo en este mundo.-susurro al alejarse, dejándose caer hacia abajo para cerrar los ojos, la velocidad hacia que desde el cielo se notara un poder colosal que caía en picada. Sus ojos se tiñeron de rojos para abrir enormes alas de fuego que se disolvieron rápidamente. Activo el poder de su novio para poder caer al suelo corriendo sin sufrir daño alguno. Respiro calmo para verlo.-Estamos a diez cuadras. El resto lo haremos a pie, necesitaba un poco de adrenalina..-se empezó a reír, soplando el rayo en la palma de su mano para desvanecer el poder que había copiado.-Un almuerzo entre ambos, el postre…lo veras en casa.-sonaba pervertido pero era una sorpresa.-

Alzo una ceja al oír ese comentario, mordiéndose el labio inferior, por ende se alejo de su compañero para caminar a su lado mientras le tomaba de la mano. Tras caminar unas cuadras llegaron al restaurante, se sonrió ante las personas de aquel sitio, era una estrella para muchos y enemigo para otros. Se sentó en la mesa que era para ambos, les sirvieron un poco de vino a ambos para después comentarles que deseaban pedir por ende pidió lo de siempre, un buen pedazo de carne asada con una ensalada, era carnívoro, si. Pero también amaba los vegetales. Se acomodo en la silla para mirar por la ventana del restaurante, le pareció ver pasar tres tumultos azules medio morados, esperaba que no fuera plan de Frozen Hell, el enemigo de hielo había estado fuera del ámbito criminal hace más de un mes, se preguntaba que traería entre manos.

Sonrió a su novio pero tuvo sus sentidos alertas.-Dame un segundo amor.-se levanto para sacar su celular, mientras esperaba a que respondan se puso hablar con un par de héroes que sabía que estarían por la zona, si esto se iba a poner feo necesitaba apoyo externo. Presentía que no llegaría a probar la carne con ensalada, su mirada azulada se centro sobre su novio, sabía que el menor podría leer su forma de mirarle por ende se puso la mano en el cuello de su camiseta debajo ver el traje verde que dormía bajo su remera. Significaba que algo malo pasaría.-Entiendo, infórmame.-corto el teléfono, caminando entre las personas, se sienta en la mesa con su novio.-De tu lado derecho, la cuarta mesa. Yoshino Takigawa, es una importante empresaria japonesa. Debemos estar alerta, corre el rumor que Frozen Hell fue contratado para matarla. Creo que nuestro aniversario será algo romántico y algo complicado.

-A veces creo que siendo humano tendría más tiempo para mí mismo. Más tiempo para ti, la otra vez veía a una pareja de dos hombres con un hijo. Yo desearía algún día tener un hijo, pero…no tendré tiempo para él, correría mucho peligro.-se queda en silencio para ver a su novio mientras respiraba un poco agobiado.-Cuando sentencie a Dragón, ¿lo recuerdas?, ese demente que asesinaba personas con fuego. Cuando anule su don, me dijo algo que a veces me da vueltas. Me dijo, llegara el día en donde debas elegir entre salvar a la ciudad de la muerte y salvar a tu hijo. ¿Qué harías?, salvar a uno o a muchos.-cerro los ojos por un momento. A veces su decisión se inclinaba hacia la humanidad pero bien sabía que iría a por su hijo, aunque muchos mueran, era un acto egoísta pero necesario.

Al traer la cena para ambos, puesto que corrieron tan rápido que parece adelantaron el tiempo, se queda mirando al mozo para sonreírle con amabilidad, esa sonrisa perfecta que sonrojo al mozo. Esperaba que Riley no se dé cuenta de eso, ya que resultaba ser celoso del mayor, comenzó a comer despacio pero su mente estaba concentrada en lo que pasaba alrededor. Sabía que algo malo estaba por pasar.-

Miro al joven irse, en efecto su novio se dio cuenta de que le miraban, amaba sus besos mas cuando estaba celoso. Miraba a su chico con una sonrisa divertida, la noche empezó tranquila, las personas se divertían, ambos lo hacían, entre risas y claramente caricias que dejaban en claro cuánto se amaban. Miro los labios de su novio, besándolo dulcemente para después de cena, subir a la terraza con él. Estaba parado detrás de Riley, besándole el cuello mientras le abrazaba por la cintura. Sintiendo el aire meterse bajo su camiseta, mirando los ojos de novio después, besando su boca suavemente. Se separo de su chico para ir por una copa de vino cuando empezó a ver como la copa se congelaba, su rostro cambio rápidamente, veía el suelo empezar a llenarse de escarcha, el aire se volvió tenue.-Ve por la empresaria, protégela.-arranco su ropa dejándole con un traje verde. Pego un salto de la azotea al suelo para ver a Frozen Hell.

Apretó el puño para ir detrás de este pero al doblar la esquina no había nadie, mas solo mas frió. Fue dentro del restaurante. Todo mundo le miro, sabían que había problemas.-Todo mundo mantenga la calma. Escóndanse bajo las mesas, nos haremos cargo.-dijo mientras activaba un visor sobre sus ojos para detectar intrusos. Los secuaces de FH no todos manejaban el frió, eran peligrosos en especial su líder. Se giro sintiendo un revolver sobre su pecho. Esquivo para lanzar al villano por la ventana; corrió hasta otro secuaz para congelarlo al haber robado el poder del otro sujeto.-Sácala de aquí, Riley, llévala a la azotea. El helicóptero vendrá por ella. Yo puedo aquí.-empezó una pelea con uno de ellos para sentir varios golpes sobre su cara pero era ágil. Corrió hasta quedar detrás de su novio mientras le cubría. Al subir a la azotea miro delante a Frozen, lanzando una aguja de hielo contra Riley.-¡No!.

Grito enojado, para ponerse delante del chico, sintiendo la aguja del hielo atravesar su abdomen. Se quedo en silencio, mirando a su enemigo el cual le miro bajo aquella siniestra mascara.-Feliz aniversario, Flash.-el joven de hielo se lanzo de la azotea. Cae de rodillas al suelo para sentir el frió apoderarse de cuerpo. Cae de espaldas para ver a la empresaria sana y salva.-Ella era mi misión. Tengo mucho frió, Flash.-le llamo por su alias, debía hacerlo, no revelar su identidad.-Sacalo, saca el hielo, para sanar.-murmuro para verle mientras su piel se agrieta, sentía el poder del frió calarse en sus venas. Miro el helicóptero empezar a bajar a la azotea.-

No tenía fuerzas para absorber los poderes de su pareja, el frío estaba adormeciendo su cuerpo. Lentamente empezó a cabecear hasta que no sabe cómo ni por qué, todo fue muy rápido. Abrió los ojos para ver una sala muy luminosa, a su lado su novio el cual estaba cosiendo la herida. Le miro, se dio cuenta que estaba temblando así como también estaba llorando. Alzo la mano para tocar su mejilla, de esa manera empezó a calmarlo. Sus ojos destellaron un rayo rojo que invadió su cuerpo para que la herida empezara a sanar, la piel parecía unirse entre sí hasta que tras un proceso casi indoloro, logro quedar sobre la camilla completamente. Se cubre con la manta para verlo.-Gracias, te lo agradezco mucho.-aunque sabía que Flash, daría todo por él, aun así le agradecía. Miro las noticias que se representaban en un gran televisor en la sala, hablaba sobre el atentado en el restaurante y sobre la casi muerte de una gran empresaria. Además claro de los ataques a Flash y Ray Arrow. Negó con la cabeza.-Fui lento, debí haber sido más rápido que él. Demonios, no pensé que tenerle delante me congelaría así. Lo peor de todo es un niño, es muy joven como para tener tanto odio dentro.

Se levanto para empezar a teclear en las computadoras, teniendo acceso a los teléfonos de Stark Labs, se giro para ver una pantalla transparente descender del techo y verse la imagen de Shion, su compañero.-Shion, necesito que hables con Mark para minimizar a la prensa, quiero que uses tu poder para que nadie recuerde nuestros rostros si es que alguien los vio. Rastrea el paradero de Frozen, investiga por que estaba ahí y también los motivos de su huida. Si quería nos podía matar a todos. Y Shion, cuídate amigo mío.-el chico asintió para apagarse la pantalla. Aunque Flash y Ray Arrow fueron compañeros de numerosas batallas en el pasado, hoy en día eran pareja solamente. Ryan, poseía un compañero para luchar contra el crimen. Shion, era un joven de 38 años, un buen hombre, padre soltero. Su poder consistía en borrar o manipular recuerdos, a un nivel superior. Se giro para teclear a la inteligencia artificial que estaba custodiando esa zona.

-¿Diana?.-delante de los ojos de ambos, una representación holográfica de una hermosa niña rubia que levitaba con un vestido blando les observo.-Buenas noches, dile a Starks que lamento esta interrupción. Querida, puedes facilitarnos un acceso de salida rápida.-la maquina asintió, las puertas se fueron abriendo por ende ambos jóvenes mientras las pasaban se iban cerrando hasta que finalmente al quedar fuera, usando una velocidad cada vez más intensa, quedaron en su departamento. Al estar en el hall de entrada del departamento, se saca el traje al presionar sobre su hombro derecho para que el traje se metiera dentro de un broche. Lo deja sobre la mesa ratona, frente al televisor.-Mañana hay que llamar a…esa amiga tuya que arregla los trajes, necesito reforzar el mío.-mira la nada, se sentía mal de no haber podido hacer nada.-Lo siento, yo, me siento inútil en este momento.-se gira para toparse con flash, mirándolo a los ojos mientras estos que eran azules se hacen más intensos porque estaba lagrimoso.-Tu estas bien, para mí, eso me basta. Con lo que te amo, si pasa algo, me muero.-se le acerca para tomarlo de la mejilla y besarlo.-